Hubo un pintor despistado
Que pintó flores en la playa
Junto a un mar encantado
Con gaviotas de blanca saya.
Las flores eran blancas y rojas
En la arena, en primer plano,
Rodeadas, ellas, de verdes hojas
Era un mar y era un arcano.
Dos olas petrificadas estaban
Como dos ballenas de espuma
Que a la orilla a morir llegaban
Ante un blanco cielo de bruma.