¡Cuan difícil abrir esa puerta!
Es como si tuviera una tranca.
Una segada por ese labrador de desesperanzas.
O tal vez por ese incógnito miedo con que germinas.
Imploramos que nos empujen, para atrevida
Pasar la turba de la aceptación que nos emociona.
Si se abre, nos sentamos.
Puede que hasta un café tomemos.
Juntos comenzamos a deshojar una, otra…y…
Nos elevamos hasta la cúspide de su aroma
Donde con el perfume nos extasiamos.
Impetuosos, frenéticos, eufóricos nos turbamos
Para en sosiego al final, ya presumidos,
Desplazarnos en mutuo regocijo.
¿Tiempo, pusiste la tranca?
¡Tu alma no siento!
Son tus ausencias mas largas.
¿Se fue desgastada?
Se escondió dentro en tu letargo
Caminando a mi contrario.
¡La costumbre, lo ya no enigmático te espanta!
Cuan arduo mantener la puerta abierta.
Con razón atascada estaba ya.
Con razón abrirla no podía.
Preferías no sembrar para la cosecha no perder.
Mientras se te olvida el proceso de plantar.
Hay que alimentar y con agua pura se ha de rociar.
Mantenimiento constante hay que dar para no viciar.
Recoge tu obra, disfruta su aroma.
Suelta la puerta.
Mariposa de Mayo
enero 2010