Nada se me ocurre
ante este tablero confuso
que nubla todos los sentidos.
Intento desenmarañar
sentimiento, voluntad y pensamiento
y simplemente no lo consigo.
Entre querer y poder
no existen convenios, ni reglas, ni compromisos;
sólo esta inercia incapaz de descubrir los motivos.
Todo cuesta en este plano donde se retan el Amor y la Vida
pero el Amor siempre hace alarde de sobrado sacrificio.
Una que otra pena contenida,
el sabor del sinsabor,
y mucha felicidad robada
cuando la oportunidad se descuida.
En el camino del azaroso destino.
los sueños entre insomnios
nunca alcanzan el realismo.
Una imagen que se cristaliza
en los confines de la memoria
y que se pasea sola
entre nostalgia y olvido.
¡Quién le gana al caprichoso Amor!
A ese truhán que tiene ya el As bajo su manga
y la partida ganada, mucho antes,
de repartirse la baraja.
Si Amor entra al juego,
tremendo chasco se lleva el que ose jugar
pues verá como le ganan la partida antes
de detenerse los dados.
Cuando la suerte está echada
nunca un talismán
funciona en estos casos.
Y la sensatez.. ¡es un joker que solo sabe
reirse a carcajadas!
El Amor es un impostor
que no sabe de reglas
ni de juegos justos.
Pero, ¿para qué ofuscarse?
si a fin de cuentas,
entre sueños, magia, realidad y fantasía
si el Amor siempre gana,
la que nunca pierde es... la Vida.