Supuse que después de las diez Más fácil sería vencerte Y mi mano se atrevió a dibujar La curva cerrada que va, desde tu hombro al escote Distraje la mirada traviesa y tú Me secuestraste los labios Tan rápido fue el desliz consentido Que allí compartimos el mismo suspiro El mismo frío caliente inesperado Supuse que tras el décimo beso Me pedirías gritando Lo mismo que yo callando Me preparaba con diez legiones de dedos Y otras tantas de caricias tibias Equipaba mi ejercito para el combate Y fue tu boca La que me quiso ver sumiso Tus labios de lava ardiente Quien desarmó mi táctica lenta Tu beso en el mío Compartiendo iris brillantes Paladares de asfixia Amor, a quemarropa