Raul Gonzaga

A mis hijos

Son los senderos que siguen el camino que yo abrí,
las locuras que he vivido y los sueños que perdí;
son todas aquellas dudas, o aquel loco frenesí,
las manías que tenía ¡Cuántas cosas reviví!


Son mis hijos el anhelo, esa preocupación
por que vivan muy felices, que trasciendan el dolor;
qué no dieramos los padres: alma, vida , corazón
para que llenen sus vidas de felicidad y de amor;


aprovechen hijos míos, esta herencia que reciben
el apoyo necesario para que todo realicen
para que pongan cimientos, para que echen raíces
de ocupaciones honestas y de familias felices;


nunca habrá, de este cariño, una frontera final
siempre estaremos, queridos, para en todo apoyar,
y cuando vivan dichosos ya nos podremos marchar
con la conciencia tranquila porque APRENDIERON A AMAR...