Tras una quimera...
¡tejiendo utopías!
(Mágico universo
de duendes y de hadas,
donde estoy perdida).
Una especialista
en malabarismo,
esferas de sueños,
flechas de esperanza.
Sueños que al final
se vuelven hilachas,
detrás de ilusiones
que arañan el suelo
para así arrancar
lava de un volcán
que duerme prendido
a su fiel desvelo.
Al final de cuentas
esas ilusiones
no son frutos dulces...
(Monstruos disfrazados,
amenazan escondidos
en su traje eterno).
Pretendí alcanzar
aquella ilusión
y salvaguardarla
de su cruel destino,
me quemé las alas
y caí en la trampa
con el pecho herido.
El mago habitaba
conmigo en el cuento,
dispuesto su exilio
se marchó muy lejos...
No pudo el conjuro
ni los polvos mágicos
hacer menos duro
un final tan trágico.
Me dijo antes de irse,
desde su rincón...
como era costumbre,
de frente al espejo...
¡pensé que era inmune
tu fiel corazón!
¡pero aquel hechizo
ha surtido efecto!
Quedaron tendidas
muertas en el lienzo
las bellas palabras
desangrando en versos.
Yo me quedé sola
en ese universo
de hadas y de duendes
que muy junto al mago
quisieron partir
a vivir un cuento
con final feliz
y sus polvos mágicos.