A veces me dan ganas de
estar en la cabeza de otras
personas, para saber que es
lo que piensan, es una idea
macabra, pero esta tarde de junio
conocí a una mujer muy bella
que meditaba bajo la lluvia,
las gotas de agua que caian sobre
su cuerpo le daban un brillo como de
luna.
Ella miraba al cielo, se apretaba las manos,
se acariciaba el pelo y se comia las uñas.
sus ojos disfrazaban las lágrimas con el agua
rodada sobre su cara, a leguas se notaba
que tenia problemas, pero yo de aprovechado
solo encontré en ella una musa a quien escribirle.