Mil sensaciones nos invaden sin cesar
las buenas bienvenidas serán
las malas ¡fuera!, no las quiero más.
¡Como si en nuestra mente pudiéramos mandar!
Y si por medio el corazón anda ya
¡el lio que se puede montar!
Lo ideal sería que corazón y razón fueran a la par,
pero para nuestra desazón
eso no siempre se da
confundiéndonos cuando uno y otra separados van
sin saber qué camino tomar.
¡Pobre corazón sin su amiga la razón!
¡pobre razón si le falta la ternura del corazón!.
¿No se dan cuenta que uno y otra son fundamental
para nuestra paz y tranquilidad
nuestra cordura y nuestro buen pensar?.