Quisiera puedas lograr
la serenidad
que no tienes.
Varias veces(¡siempre las veces!),
me haces culpable
de la ausencia de ella.
Si el hecho de cuidarte,
de tratar de protegerte,
de aconsejarte buenamente,
es un cargo que me haces....
¿ qué quieres haga?,
lo acepto o me opongo
a algo que no es verídico.
Afronto la verdad,
y ella debe afrontarse
con valentía.
No trates de ensuciar
mi imagen, en tu opinión,
siempre exclusivamente personal.
Quieres me entere
de tu malestar.
Lo conozco.
Pero no acepto me hagas cargos
de los cuales
nada tengo que ver.
No sabes valorarme.
Nada has aprendido.
Tu egoísmo te lleva
a aceptar solo tus pensamientos.
Y no tienes en cuenta
los míos.
Trato de no herirte,
y de ello estoy seguro,
no lo hago.
Tengo mucha paciencia,
porque te amo.
Quisiera...
puedas volver
a amarme como antes.
¿Recuerdas?
Eso sí fue amor verdadero.
¿Y el de hoy?
¿Qué es?
¿Falso, no lo sientes?
El amor no se entrega
por exigencia.
Se entrega porque
se siente en el corazón.
Quisiera volver
a amarte así...
cuando nos entregábamos
nuestros cuerpos...
Derechos reservados de autor( Hugo Emilio Ocanto - 07/06/2014)