Miguel Cruz

El paso de la Gaviota

Caido y sufriente.

Herida en todas sus expresiones, alli

estaba en su ultimo fragmento de vida.

De agonicos y sufrientes ojos negros,


lejos de su soleado y precioso mar, 

lentamente apagandose, cerrando sus

ojos de este mundo, yaciendo en humedo

 

pasto, mientras la ultima pestaña de a poco

el telon cerraba.

Su blanco cuerpo, llevado lentamente por la corriente 

dejando el mundo, iba con lo suyo y para lo suyo


en aquel desfile final, Solidos laureles 

de los cuales lentamente llegaron a la

ultima puesta, mientras lentamente 

la dorada cabeza, se iba sumergiendo en


como la gaviota, hacia su final.