Se murieron las palabras
quedó el alma desoladamente muda.
Esa niña asustada, perdida en las sombras
a la que tu mano levantó de las tinieblas,
a la que le diste tu varita mágica,
para hacer de las nostalgias nuevos sueños,
desde tu partida, ha vuelto a su rincón
escondida del miedo a tu ausencia
y ha vuelto a él, más asustada
más triste, más pobre de ilusiones.
Se murieron las palabras,
cayeron como flores marchitas
sobre el alma
y no habrá poeta que logre expresar
lo que hoy siento