¿A que temes, hombre sin control,
si el tiempo es como la pólvora
y serán esas mutilantes horas
quienes arrebaten tu pena y tu rencor?
Corres como alma que lleva el diablo,
mustios tus ojos de mirar sin ver,
atropellando en su camino al ser,
que siempre habías soñado;
si tus carreras volvieran tu conciencia
y al voltear la cabeza vieras
pasos perdidos en la arena
y tu alma congelada por la indiferencia...
...Quizás tus pasos se durmieran
y tus oidos más calmos escucharán.
Quizás tu miedo desapareciera
y la espina de tu corazón se arrancara.
Porque la vida que fugaz pasa,
tiene en sus paredes el tanino
que da a su tiempo sólo
la solera del buen vino.
Saborea el manjar de la cautela
y no precipites tu camino.
¿Donde vas hombre impaciente?
deja al menos beber a tu alma,
dale reposo y procura la calma,
detén tus ansias y sé prudente,
dale sabor a tu banquete,
ama con pasión a tu amante,
a tu amigo échale un guante,
y ante tu extasis... detente.