Canto primero
¿Quién niega el amor?
¿Qué osadía es mayor
que el negar la pasión?
Hoy yo separado de ti,
por mil y un abismos, mas solo una
solo una vez deseo oler el jazmín en tu piel,
sentir tu cálido abrazo.
Y sí...
Sí aún recuerdo esa noche
como nuestros cuerpos se volvían uno
esa cama, esas sabanas
acurrucaron nuestros bramidos;
unidos en placer, nuestras carnes sollozaron juntas.
Amor, llámame
pues por ti mar, cielo, tierra moveré
solo tienes que llamar.
¡Oh Rey de mi fantasías!
os extraño,
brindadme otra vez aquella lanza incansable
que el fuego me recorre a cada envestida;
te deseo, aquí, a mi lado
mas solo puedo recordar esa noche febril.
Sí, la recuerdo
las sabanas azules como tus ojos,
en medio, lago perlado fue.
Sentir dentro ese blanco placer
solo blanco vi.
Pero...
Aun así amor,
no volverá
nunca olvidare
imposible un igual.
Solo pido una última vez,
volvamos al cielo, de la mano volar.
Esto un error es
lo nuestro, nunca debió ser
Entonces, amada mía
esto es un bello error.
Después marchare, lejos de ti
lejos, al fin del mundo.
Mañana
la ultima vez...
Solo tú y yo mi rey
¡AMANTES CONDENADOS!
Canto segundo
Pero,
si mi padre llegá a descubrir
muerte pasara
oh, mi amado perdón...
¡No puedo!
Seca ya esa lagrima
amada mía.
Olvida todo
olvida lo pasado,
solo confía,
confía en tu amor,
confia tu mundo,
confía en...
¡Mí!
Solo un día
para despedir.
Amor, ¡Oh mi rey!
por favor prometedme
que marcharas
que nunca
que nunca volveras.
Bailad cisne y león,
danza, danza una vez más.
Cisne gracia, belleza exhibid
león ha de proteger, en vida
y muerte.
No, debeís marchar.
Dame esa seguridad
sera todo como antes
de esa primera noche.
Amante de mi corazón
no pretandas el quedaros
que sera destino
quien nos unió
ahora sparó.
¿Y cúal es vuestro ultimo deseo?
¿Cúal aquella fantasía es?
Rey de mis placeres.
Amada marchare,
pero sin tí, vacío estare
contigo supe...
Lo que amor es.
Porque antes
completo pensaba estar,
más al conocerte,
me supe imcompleto.
Si me marcho
incompleto volverme he de...
Más solo por ti, amada
marchare al alba.
Dime amor, que deseas
lo que sea obsequiare.
¿Qué deseo?
Mi deseo
es el fin donde empezó,
el adiós en el saludo.
¡Donde empezó, ha de terminar!
Canto tercero
Ven acercate,
recuestate aquí.
Lentamente,
lenta y apasionada.
Venus ¡Oh Dulcinea!
que deleite es...
Y en voz unida,
en tierno ritmo
un, dos, tres, un, dos, tres
ambos en un solo brío:
¡Hemos de llegar hasta el final!
Camino a la cima,
fue camino a la cima.
Ropa cayendo hubó
descubriendo bellas figuras.
Ella, blanca nívea
de grandes y jugosos orbes
lucen tapas rojizas,
cual corazón del mar tibios y turgentes.
Recorriendo sinuosa silueta,
el sol revela dos firmes,
suaves,
redondas nalgas
que dando vuelta revelan
para de labios rosados
babeando tibio, cálido néctar
succionarlo oficio de él es
separando