«Amor, nunca te alejes»,
te lo dije tantas veces
que no sé qué hice yo,
cuando aquella vez dije
-sin alguna vacilación-
«aléjate de mí y no vuelvas»;
y si la vida con tantas vueltas
te trae aquí de regreso
entonces con un beso
sellaremos nuestro amor.
...
«Amor, te amo y no,
no tienes idea cuánto».
De tu boca salieron
palabras que sé
sinceras fueron.
...
«¡Lo siento!»
dijiste después,
y aunque no entendí,
di la vuelta y marché.
Y el amor ¿dónde quedó?
me pregunté posteriormente;
«allí mismo donde,
más tarde,
te dije, con dolor, vete».
...
«Amor, ¿qué hacemos distantes?»
queriéndote,
llorándote.
Extrañando lo que fuimos
anhelado el querer ser.
«¿Cuándo seré de ti,
cuándo te tendré?».
Mientras tanto al viento
canciones dedicaré.
...
Y si en silencio ocurre
que has percibido mi voz
escucha con mucho cuidado
y pon toda tu atención;
pues será mi amor esta vez
diciéndote que te ama,
y volverá de nuevo la calma
cuando seas tú quien, en cambio,
digas «regresa; no te alejes»;
y seremos feliz
tú y yo, finalmente,
porque para entonces
nos habremos alegrado el alma.