El Perro de mí,
Estaba esperando su comida
Paciente, ansioso
Con sus tripas como sinfonía.
Y cuando llegaste tú,
Quise correr, quise abrazarte
Lamer tus piernas, de felicidad.
Colocaste tú, ¡Si tú!, un plato
Lleno de mi comida.
Lo olfateé, moví mi cola,
Imaginé comérmelo.
Con la puerta abierta
Que tú dejaste. Escapé.
El plato, mi comida,
Y hasta tus manos.
Estaban envenenados.