Vienes y vas, vas y vienes,
como el humo te desvaneces,
en mis sueños te sumerges,
y de mis pensamientos emerges.
Eres como esa sombra que se proyecta al caminar,
que va desapareciendo al avanzar;
ojalá a ti me pudiera acercar,
aunque nadie me garantiza que me vayas a escuchar.
Hace tiempo que te volviste cómplice del viento,
tan suave y delicado, que me hace perder el aliento;
es por eso que me derrumbo en cada intento
de olvidarte y olvidar mis sentimientos.
Probé de aquel dulce veneno que contaminó mi alma,
que alberga en mi ser y me hace perder la calma
que me busca, me atrapa y mi vida entera desarma;
y es que querido, en esta lucha ya no me quedan más armas.