AMOR EN LA MADRUGADA
Has subido por la escalera de mi piel
y en mis piernas has dejado los acordes
de tu voz que impulsa primitivos deseos.
Asciendes y dejas un sol demente
en mi cintura que titila como una estrella.
Tu juego desprende danzas en mi cuerpo
en un tiempo ya ebrio de dicha.
Subes los peldaños en mis colinas
y tus latidos estremecen
su redondez erótica en un punto sin límite.
Escalas aún más y embistes mi cuello
voraz y sitibundo en tu avanzar
surcando huellas con tu aliento.
Trepas los mástiles de mi mirada
y te descuelgas a mis labios
sorbiendo hasta las raíces de mi fuego.
Mi sonrisa brota con dulce malicia...
Y con tus versos te pierdes entre mis cabellos
susurrándome de tu amor eterno.
Las estrellas se van apagando.
-Amanece…….no te vayas
y volvamos a empezar.