Blanca, pura, limpia y amante;
tus ojos me son el universo
grande e infinitamente infinito;
tus labios como fresa roja
de pasión humilde y dulce;
tu cara como pasaporte
a lo desconocido y perdido;
tus pechos como alimento
para tu fertiidad transparente;
tus manos esforsadas,
cansadas y tiernas;
tu vientre calido y firme
me son como la misma vida
en su mayor éxtasis...
Tu mente y tu corazón
me haces supirar vida
en mi lecho mientras tú,
vida mía, me besas...
Me apacionas...