José Manuel Reyes

Oda a la Mujer

Blanca, pura, limpia y amante;

tus ojos me son el universo

grande e infinitamente infinito;

tus labios como fresa roja

de pasión humilde y dulce;

tu cara como pasaporte

a lo desconocido y perdido;

tus pechos como alimento

para tu fertiidad transparente;

tus manos esforsadas,

cansadas y tiernas;

tu vientre calido y firme

me son como la misma vida

en su mayor éxtasis...

Tu mente y tu corazón

me haces supirar vida

en mi lecho mientras tú,

vida mía, me besas...


Me apacionas...