I
Quisiera sujetar el tiempo en mis manos,
cuando tuyas son las madrugadas que me embriagan,
que se detenga el reloj en tus labios,
en besos que no terminen,
que los ríos sean mares en la piel de tu mirada,
en donde se mojan mis caminos en el instinto de tenerte,
lluvia que en tus ojos caen sobre mi pecho,
enciende las vertientes de este abrazo que te inunda,
caudal de amor que mezcla nuestras pasiones,
que el tiempo me regale un instante eterno,
esos en donde tu rostro se confunde en mi sombra,
permíteme ser de tus latidos el eco,
que tu corazón atraiga la sangre de este sentir,
y cuando abras tus ojos sean los mismos míos,
ese instante que se construye en mis manos,
que son tus manos.
II
Huellas de tu sonrisa me atraen a pensarte,
en tus ojos me pierdo y me encuentro al mismo tiempo,
cuando en tu mirada soy lluvia en tus pechos,
y el río crecido de mis manos te van llevando al océano,
allí las caricias son olas en las playas de tu cuerpo,
arena de suspirarte componen este momento,
cuando en aromas de pasiones somos un solo instinto,
evapórame la humedad en cada entrega,
yo te la devuelvo en el huracán de tenerte,
agítate y refúgiame en el cristal de este instante,
captúrame en tus gemidos de montaña preñada del viento,
y en ecos de movimientos continuos se mi aliento,
déjate suavemente ser parte de mis dedos,
ellos construirán una barca en tu piel humedecida,
y navegaran al horizonte desde tu cabellera,
conquistarán orillas y profundidades,
hasta liberar la furia y la paz del fuego de existir,
es allí cuando en tu puerto soltaré el ancla.