Un tajo en la luz releva el filo de la luna lejos del tiempo que absuelve el sufrimiento.
Semblantes enrejados en perspectiva asoleándose en esquinas de miradas cercenadas.
Un faro permanece encendido a media mañana, el humo de los coches azufrando el lugar; una visión bisagra esperando el milagro del día siguiente.
Una mano, un erizo, una ventana…. La soledad atropellada en la puerta de las contemplaciones asentadas.
Un diario, un libro de poemas, una balacera de palabras, una caricia del amor, un bostezo de tizne y el invierno da comienzo a una legión de mariposas que pestañean por el mudo viento de tus labios.
Las olas una detrás de otras unen frases. De mis manos brota despojos de los tiempos aplazados.