Más nunca la vi,
ni en mísero sueño
porque yo partí
a lejano puerto.
No me despedí
Y marché risueño
Creyéndome dueño
De lo que creí
Mi loquedad era:
Viajar y viajar
Por azules mares
Donde la quimera
Iba a conquistar
Sin ruidos ni azares.