Raul Gonzaga

Herida de un adiós

Es lluvia de mis ojos, llueve en mi corazón,

Cuán llueve, vida mía, porque ya sin ti estoy;

La niebla que me cubre, la niebla del dolor,

La angustia de perderte, la herida de tu adiós;

 

No volveré yo a verte, por siempre partirás,

Seguirás por tu senda, tal vez me olvidarás;

Pero ¿cómo, Dios mío?, de mí la arrancarás

Si está dentro de mí y jamás Tú podrás

 

Borrarla sin borrar de mi todo motivo,

De mi toda ansiedad; esos vanos suspiros

Que no puedo evitar, si por ella deliro

Y quisiera morir al mirar que ha partido;

 

Ya sin ella será, mi vida inmenso mar,

Un desierto infinito; río muerto, no más,

Que jamás volverá su cauce a alimentar:

Seré como alma en pena: mi gran delito, amar…