Cuando escucho la marimba,
resuenan ríos en mis entrañas,
murmuran montañas en mi ser
y trinan ruiseñores en mi mente.
Cuando escucho el son de la marimba,
baila mi corazón, hasta el amanecer,
me emborracho de pasiones campiranas,
y se desprenden paisajes de mis sentidos.
Cuando escucho la marimba
escucho leyendas del Quetzal,
historias escondidas de mi pueblo
y canto lastimero de mi gente.
Cuando estoy lejos de mi tierra
y escucho el cimbrar de mi marimba . . .
mi alma se transporta en alas del viento
para fundirme en mis latitudes milenarias.
¡ Oh Marimba rural y silvestre !
teclado de bosque moreno
teñida de sagrada sangre de mis ancestros
savia musical de nuestros abuelos
sinfonía con esencia de hormigo
y canto de pájaros silvestres.
® Jaime García Alvarez
Todos los derechos reservados del autor