La noche no es eterna, pero lo parece. El universo es infinito, misterioso, fascinante. Pareciera que observa como pasan nuestras efímeras vidas. Enciende un cigarrillo y observa como del humo se forman caprichosas figuras. Comienza a divagar, Su mente comienza a dibujar ilusiones, empieza a soñar, viajar en el tiempo y a recordar como fue que pasó, como esos pequeños detalles lo cambiaron todo. Vuelve al mundo material y se da cuenta que que todo se impregnó de su esencia, su melancolía. El cielo comenzó a llorar y él, como siempre, desde su ventana, lo contempló. El olor a tierra mojada atrae vagabundos recuerdos. Se puso el abrigo, salió a la calle... y nadie lo volvió a ver