Gracias pequeñas luces en la imensidad de la soledad,
sois la malla que sostiene esta red de almas palpadas,
desde la necesidad de palpitar con alguien, ¿pero quien?.
La musa está ausente mas os quiero saludar aún sin ella.
Se fué cabalgando por una llanura yerma y agrietada,
dònde el desidio insistentemente llama al vacio insidioso.
Vuelve musa, mi mariposa multicolor, a posarte en mi balcón.
Tengo para ofrecerte un pétalo rojo de lágrimas del corazón,
mas otros: amarillo de mañana de verano, verde de frescura,
azul de serenidad, violeta de elevación,... y rocío para la sed.
-Es de noche, duerme en esa cama mullida de lana cardada.
Sueña bonito, descansa el cuerpo, oxigena el universo, ama.
Shssshuissss... duerme.- Y con sus alas me acariciaba la cara.