Hoy escribo una historia
que nunca pensé que escribiría,
es la historia de una mujer
llamada Ana María
y de su pequeña hija,
la bella Estefanía.
Ana era mujer divorciada
que con temple y gallardía
crió sola a su hijita
desde sus primeros días,
y cada vez que la angustia
a su alma triste aturdía
ella encendía su cigarrillo
y con placer absorbía
la toxicidad de aquel humo
que la paz le devolvía
cada vez que fumaba,
pues se llenaba de energía
Fortaleciendo el carácter
para seguir en la vía
de aquella dura faena
que vivir le tocaría
siempre al lado de su hija
la péquela Estefanía;
quien creció junto a su madre
con el amor que le ofrecía
y las bocanadas de humo
que de su boca salían…
Cada exhalada de la madre
la niña la inhalaría
y se sentían dichosas
del efecto que surtía
aquel amor maternal
con alquitrán y nicotina.
Autor; Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo, Venezuela