Acaso la sangre que recorre
veloz y trepidante por tus venas
requiere direcciones o desoye
la fuerza vital que la disgrega?
Acaso el rayo es un diagrama,
o la pasión tiene olor codificado;
o una polilla en torno de la llama
sigue un vuelo de curso prefijado?
Darle palabras al amor es eso,
encadenar su alma, ponerle rejas,
confundir el corazón y el seso,
pretender que un verso lo explique todo.
Como si hablar de amor fuera preciso,
y amar, amar, amar, no fuera el modo.