Cuánto atesoro aquél momento
grato recuerdo de un divino encuentro;
tu mirada angelical;
tu sonrisa, rayo de luz celestial.
El comienzo de un largo camino;
el inicio del amor divino.
La vida y su ritmo cambiante
enseñándonos el paso constante
de tu corazón y el mío
hasta formar un dulce río.
Besos, caricias, ternura,
cual miel su dulzura.
Como mecidos por el viento,
preservados a través del tiempo.
Su intenso calor
alivia el dolor.
Cada recuerdo, cual una flor
llena mis pensamientos de bello color.
Cada lección aprendida
añade riqueza a nuestra vida.
Cada triunfo, cual canción
alegra nuestra unión.
El amor, mi nota predilecta,
música perfecta.
Juntos hemos recorrido un largo trecho,
y hoy disfrutamos la paz bajo el mismo techo.
Junto a ti quiero aprender lo que aún falte
Y disfrutar intensamente cada instante.
No me dejes apagarme,
no me permitas amargarme,
Recuérdame la miel del ayer
y dame hoy vino y leche a beber.