Tu eres oxigeno dos y yo el hidrogeno.
Un enlace necesario para que exista vida.
Tú eres partitura de una melodía
Y yo el alma que te escucha.
Tu fin jistes no verme
Y pasaste de frente hablando por teléfono.
Y fue muy corto el tiempo.
Pero, todo fue como mi segunda muerte.
Tú te hundiste en el silencio
Y yo de alguna manera no me hice notar.
Y lentamente Abrase la desilusión.
Mientras gritaba con todas mis fuerzas.
Acaso, el olvido tiene sabor a mirada agachada.
Acaso, todo el tiempo que te quise es equivalente a un segundo.
Tú eres la canción más linda del mundo
Y yo el cantante y autor de tu biografía.
Tú suenas, suenas con distintos autores.
Pero, yo solo puedo seguirte a ti.
Aquí adentro.
Tú me necesitas para que existas.
Pero, yo sin ti, no me acuerdo vivir un todo.
Ahora, Todo se asemeja a una mirada en el olvido.
Un olvido en el tiempo.
Un tiempo perdido.
Así se siente mis mañanas sin encajar en el presente ni tampoco en el futuro.
Y no encuentro mi lugar en el ayer.
Lugar que se ha desteñido sus colores.