Un asiento y un solo ocupante
En una mañana con sol naciente
Un recuerdo lejano en la mente
De aquel anciano que está ausente,
Y de repente los que se fueron siguen vigentes.
Cuando regresa mira a su alrededor
Y ya no ve aquel antiguo resplandor
Pero siente sobre su mano
La mano invisible de un eterno amor.