Para entonces cuando hayan pasado los años,
y el tiempo nos haya convertido en extraños,
y mis poemas mueran en el baúl del ayer,
quizá estés sola, y no tengas nada que perder.
Cuando ya hayas besado muchas otras bocas,
y tus lágrimas de tristeza no hayan sido pocas,
tal vez recuerdes todas aquellas tristes rimas,
que te escribí, haciendo volar tu autoestima.
Cuando el fantasma del amor te haya desolado,
y sepas del la nostalgia que nos deja el pasado,
derrepente alguna lágrima te grite mi nombre,
si es que eso sucede cariño pues no te asombres.
Por que el mismo chico de ojos tristes y poemas,
que iba siempre confundido y lleno de problemas,
estará aún en el claustro de aquella caverna,
atado a esos papeles en los que te hizo eterna.
Esperando a que regreses con esos labios de cristal,
cuando todo haya acabado, te espero al final.