Sarah Esther Valenzuela Guerrero

La llamo mamá

Bella muñeca, princesa adorada,
mujer como ella, jamás encontré,
esa joven bella que ayer hallé,
entre los robles, feliz recostada


De piel suave, cual rosa delicada
desde aquel día sentí yo que amé
y creo que por siempre adoraré
su bello rostro y su dulce mirada


No pudo ser otra que mi mamá
quien me llena de amor en mi trizteza
de forma que nunca nadie podrá


Hoy con orgullo exhalto su grandeza,
digo orullosa que llamo \"mamá\"
a mujer de inigualable belleza.