Parvat

Había

Había

arena fría y aire seco.

 

Una mortaja sólida el silencio

y entre sal y piedras, viento

suspiro de paz, amanecida.

 

Y vino tu luz para azular el cielo,

entibiar la senda, ablandar el pecho

abrazar la vida, florecer el lecho.

 

Y desmenuzamos la tonta hipocresía

y nos bebimos la razón desvanecida.