Alejandrina

Visión surrealista

 

El silencio ha empezado

a rumorear en mis oídos 

y para llenarme de tu voz.

Con ojos cerrados y onírico sustento

voy pintando este cuadro surrealista,

donde mis quimeras extraviadas 

indagan a tientas la oscuridad 

de la luz en tu mirada.

Te voy trazando pequeño dios

con colores nuevos,

encontré el tono exacto para

el olor almizcle  de tu piel…

rojo oriente que calienta

la blancura del pecho donde

mi boca de un rosa pálido

va sembrando besos

mezcla de saliva y miel, mientras

tu boca va pasando a mi piel 

pequeñas chispas secretas,

¡azules y encendidas mariposas!

es el dulce y el dolor inefable

del deseo y la espera.

Mis cabellos fijos 

en la danza celeste de tu aliento,

temblores grises sacuden los miembros

¡espasmódicas hojas plataneras!

El  viento trae el sonido de la 

transparente cascada que perla

nuestros cuerpos de diamantes.

Los espejos guardan los restos

de un sol de oro que

reflecta calibréis absolutos 

escapados de tus ojos.

Al filo de la noche

abordaré aquel navío crepuscular

anclado a lágrimas de cristal negro,

donde tu ausencia imprime 

martirizados cantos.

Si aprieto fuertemente los ojos

volveré a verte escribiendo

detrás de los cristales nevados,

mi bello lirio que la alquimia y la locura 

hacen brotar en el vientre

inmaculado de mis lienzos.

 

Alejandrina.