Juan Senda

///////LA MÍA GACELA///////

LA MÍA GACELA

 

Qué sed tengo de tu boca

y del suave cráter de tus senos,

sed de tu angélica luz,

cual lámpara de mis cielos

y resplandor celeste

de mi sensible amor más bello.

 

En cada poro de mi piel te palpito,

te presiento y te suspiro y rozo la pasión

de una locura enamorada

y lloro atado por no saciarme de tu boca,

de tu boca amada mía, de tu boca,

que ha llegado a consumirme

y a volverme el alma loca.

 

Qué cerca os quisiera tener

para adoraros y devoraros

ese dulce e inusitado solaz de vuestro amor

enajenado y poder colmar el anhelo

que me consume y me aflige

en el más profundo empeño

de bajar a los ríos de tu cuello,

y descender a las playas de tu vientre,

para morirme y enloquecer

en el triángulo de la muerte,

y luego ahogarme

en las cálidas delicias de tus ojos

y llegar hasta tus pozos y ardientes

y aguas de tus profundidades.

 

¡Oh, dulce canela amada y doncella mía!

Tu boca de mármol, de nácar y perla,

tus muslos de pórfido, de rosa y de fresa,

y en tus dunas blandas donde brilla el fuego,

se ven dos columnas de cera y de bello

y floridos nidos y un bosque negro;

paraíso mío, la muerte del beso.