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Ah que no se escuchen mis deseos de vos,
Os advierto oídos,
Si queréis permanecer sin mácula
Si queréis dejar espacio para escuchar otras cosas
Ah que no se oigan mis intenciones con vos
y con tus labios
si queréis dejar carne
para otra carne
O al menos un ápice de cuerpo
para otro cuerpo.
Ah, que no se me diga que es pecado,
Pues en pecado permaneceré
Cada vez que esté junto a vos.
Calla boca, calla
No le cuentes de este deseo. No.
No es necesario gritar lo que se sabe.