Todo comienza con la atencion, la que una sonrisa llama al brillar dentro de un conjunto de espectaculos, de un ir y andar separado y junto que supone el inicio de una atraccion invisible que llega a los pies del humano asi como a los dedos de la projima llega la mano, y extiende su mirada mas alla del centro de los dias hasta donde el horizonte de sucesos permite ver dentro del tiempo este texto que si se puede escribir de amor sin estar enamorado?, que si el amor esta dentro de la figura ficticia que tambien late por los sueños de una princesa que engaña a la vida siendo bella para no mentirle a los angeles sobre su certeza.
Y en los sueños de un hada vuela la musa invisible y perfecta del escritor que sabe que ama, que quiere amar y que aun sin conocerla la ama tras las velas de cada muerte que experimenta al no encontrarla en las candidatas presentes y dignas de usar la imagen del sueño divino; y la musa, la musa no es ni debe ser perfecta porque entonces su llanura alisaria los pies todo terreno del amante en el desvelo, que en un sueño creyo verla dentro de una burbuja de imperfecciones y defectos encerrada en su caja de pandora encontrando placer en cada mirada de orfeo sobre las manos que moldean la tinta del perfil que solo existe en mis anhelos.
Y ahi estas todavia, en el ideal mas elevado de mis complicados pensamientos, que confunden las lineas del desvelo con las mañanas mas frescas del encuentro de dos conciencias, y entre esos dos tiempos esta el abrazos en el templo de mis brazos contemplando la figura que va mas alla del extasis y la cautivacion de la vista por la transparencia de aquella imagen que nunca olvido, solo es un sueño, dentro del dia en que celebran la sabiduria los tuertos en este semi invierno que le dicta a Dios lo que mis manos deben escribir con elocuencia y lo que la cruda realidad de mi experiencia deja ver a traves del castillo de naipes que con cien barajas en mano no pienso construir sobre el pensamiento de cualquiera, mucho menos sobre el mio hasta que encuentre en el espacio el tiempo de un beso que se mueva con el ritmo liso y delicado de una primera vez a cada dia que despierte quiza no entre mis brazos o bajo mi pierna, sino encontrandola en su mirada cuando la conciencia le diga que estoy ahi sobre las sienes del milenio parado sobre los cuatrocientos naipes apilados que he podido coleccionar a lo corto de mi existencia conciente....