...Y pesó a Dios en su corazón el haber creado al hombre
(Génesis 6:6)
En la noche de San Juan se desgarra la tormenta,
afuera el cielo se triza en mil luces y llovizna,
adentro se ahoga el sollozo en el lecho de una niña
de nueve años... y es el padre
el que está violando a su hija.
Mientras tanto allá afuera
otros niños y otras niñas
que han buscado los rincones
en terminales, dormitan...
-“Mis entrañas, dice Dios,
¡me duelen todas sus fibras!
En la noche de San Juan, el “Veterano del Chaco[1]”,
que en la plaza se quedara a terminar su “cañita”,
sigue en su banco sentado, ya con su mirada fija.
No tendrá ningún velorio, será su carne el estudio
de alumnos de medicina...
(tal vez se durmió soñando que su patria lo precisa).
-“El mundo está corrompido” dice Dios, y se lamenta
de haber creado a los hombres sobre la faz de la tierra.
Pasa la esquina, veloz, un auto (a más de noventa),
el mendigo que cruzaba, al impacto da tres vueltas
y al borde de la vereda se le parte la cabeza...
El auto acelera más, mientras patinan sus ruedas,
y en la esquina que le sigue desaparece a la vuelta.
-“Voy a destruir toda vida,
pronto mi ira comienza;
la tierra está corrompida...”
dice Dios, y se lamenta.
(Esto no es todo el paisaje...
es apenas una muestra...)
[1] Ex-combatiente de la “Guerra del Chaco” Paraguayo-Boliviana (1932-35)