Afelío

Una duda, una derrota.

Cada noche duermo, pero no siempre sueño, no siempre me hace daño el desvelo, el cometa en extraño deshielo, el color y el aroma del campo, intenta parar el tiempo, devorar su cuerpo entero en cuestión de bocados, exhibe tus modos, busca como remediarlo, es dificil cuando se esta solo y debes abrirte paso, por eso preciso el espacio, el delicado proceso del amor calcinado, casi a nada el asiduo borracho, el hombre deshecho con aires de acecho de miedo en su lecho al pasar de las ocho y seguir caminando, yo busco en su pecho la luz del encanto, las notas del piano y el otro cincuenta porciento que me ha faltado, yo intento estar presente para ese momento, si me hundo o descanso y pienso contento en darme por vencido, debes saber que me ha servido valorar el estar vivo, recordar sin amargura el pasado mortecino, el argot es parecido a lo soñado, lo que no puede ser descrito ni entablado en algun mito, pesa tanto el estatuto, el declive del grafito como la palabra del adulto ante el descaro del neonato progresivo.