Te miras al espejo, no hay duda;
la vida te ha castigado. Estás viejo.
La luna te devuelve una mirada triste.
Piensas que todo ha terminado,
Y lloras.
Lloras cuando entiendes
que la vejez es un premio -galardón único e irremplazable-
que perdiste el día que te marchaste de casa.
por: matteo 15/06/2014