En el abismo de las cosas
donde la quietud se asienta,
todo toma sentido,
al permitir acomodarse tus fuerzas.
Lasitud no significa pereza.
Es abandonarse al Todo,
que acomoda todas las piezas
encajadas a su modo.
Y me digo a mí misma, concluyente…
“No te resistas, no discutas.
No malgastes tu energía.
No te inquietes, no te ofusques... sólo confía…”
Las leyes del Universo están sobre el tablero,
y seguiré en movimiento, aún contra mi propio deseo.
Soy la reina en esa mesa de ajedrez,
pieza clave en el juego del Rey.
Y mis pasos, en movimientos cortos,
seguirán avantes con un propósito,
que solo me asusta, porque apenas conozco.
Lo sé… se revelará en Tu tiempo...
Y esperaré paciente…
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