Hace mas de mil noches decidí regalar la luna, no era nada del otro mundo al fin y al cabo el amor hace que sientas mariposas en el estomago...
Regalé la luna como si fuera mia... de mi propiedad, regalé su luz como la pureza de mi corazón.
Ahora despues de tanto tiempo veo que la luna es tan lejana de mi que apenas y puedo observarla, admirarla, apenas y puedo ver en su reflejo...
El reflejo de tiempos pasados que sin duda no regresaran porque fueron esos tiempos ... en los que no era nada del otro mundo regalar la luna, al fin y al cabo el amor hace que sientas mariposas en el estomago.
Thata