Tras esta reja
Quizá no lo pensé, quizá fue todo
que alguien me trajo aquí, que aquí me deja
sin decir para qué y después se aleja
y, claro, en un pezón busqué acomodo.
Luego reír, crecer, buscar el modo
de a ese alguien conocer, prestando oreja,
de en mi mismo encontrar sin una queja
un nombre en que habitar, codo con codo.
Y fue difícil, fue largo el recodo
que debí atravesar tras mi madeja,
fue duro comprender que somos lodo.
Y esto sí lo pensé: no hay moraleja,
todo es vivir y amar y un viejo apodo
de humano lo que hallé tras esta reja.
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16 06 14