Hijo:
nos quedamos esperando
tu reivindicación,
y tú… Tu vida destrozando
con la drogadicción.
Dura ha sido nuestra misión
de hacerte ver las cosas
para que entrarás en razón
y que tu vida fuera de lo mejor,
pero ha sido imposible
la droga te ganó la batalla.
Tu vida ya es inservible
y eso nos parte el alma…
Ay hijo, ya no hay lágrimas
en mis ojos secos
al verte convertido en desecho
de ésta sociedad;
en ti yace la maldad
expresada en tu vandalismo
no te quieres a ti mismo
mucho menos querrás a los demás.
No pensé verte así jamás
eso no cabía en mi cabeza
pero la vida me dio la sorpresa
de vivir en carne propia
el deterioro físico y moral
de un hijo convertido en bazofia
como una lacra social.
que solo nos da sufrimiento
cuando acosa, roba y miente.
Ya solo esperamos el acontecimiento
de esperar que un día la muerte
se lleve tu vicio para siempre
con tu vida sin relevancia,
dejando solo en nuestras mentes
el dulce recuerdo de tu infancia.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Bajo el Número 0614-1214
Maracaibo, Venezuela