gatoconbotas_58

A la misma hora

Una noche mas como cualquiera

donde fluyen las ondas no reconocidas,

sobre_espejo, tiemblas de frío.

Es la hora,

siempre es la misma hora...

Reconocida o no, te siento cerca,

tierna para mis ojos e inaudible para mis oídos.

Son ellos los que me engañan:

mis pobres sentidos,

el gusto amargo en la boca,

el olor de una palabra nueva nunca dicha:

tiempo y letras que se enhebran como cuencas de naftalinas.

¿Cuantas veces empieza la desdicha de una noche sin caricias?

Parpadea el fuego alto en el cielo

festejando la calidez de los enamorados que aún juegan a atrapar la luna...

Suerte de aquellos que te poseen entre tantos papeles.

A mi solo me pasan cosas razonables

como si fuese una botella sin mensajes,

lejos del mar y sin secretos

sola sobre la mesa vacía.

A esa misma hora el gato me mira quieto

con esa pose acartonada de los percheros

que con sus paragüas colgando

le dicen no a la lluvia que tanto amamos.

y allí, por debajo, casi subconscientes

un par de zapatos rojos inmóviles caminan

a la velocidad de los latidos.

A la misma hora,

cuando se apaga la sombra del mismísimo candelabro,

la noche se marcha despacio,

tranquila,

el amor se pierde entre esos humos y olores ocres,

al borde,

sincronizada,

doy vuelta la hoja

y comienza la otra realidad

de la vida misma.