En la madrugada al despertar,
tu risa respiré,
atrapado estaba entre tus brazos.
En ese relámpago de tiempo,
descubrí que de amor,
mi cuerpo de felicidad resplandecía.
En el espejo de la mente distinguí
una figura irradiando lozanía.
El verdor de sus ojos hizo acelerar
del pecho sus latidos,
embriagando sentimientos.
Sed tengo del néctar de esa sonrisa
adornada con hoyuelos,
derrochadora de tentaciones,
La cual de mi alma se adueñó.
Solo exijo a los querubes,
custodios de los sortilegios tuyos,
en la vida cerrar,
la celosía de tus quereres.
bambam