Había una vez
Una bruja que vivía en una casita hecha con unos libros encima de otros. Era la bruja buena de los libros y tenía por nombre todas las letras del abecedario por lo que nunca, nadie la podía llamar por su nombre. Le gustaba mucho leer y aunque sabía todos los libros de memoria, cuando terminaba de leer el último, volvía a comenzar con el primero y así se pasaba los días.
Una vez, decidió pasear por el bosque mientras leía el decimonoveno de la lista y andando andando, se perdió. Cuando se dio cuenta de que no sabía volver a su casa comenzó a llorar desconsoladamente y se sentó en la raíz de un gran árbol sin saber qué hacer.
-¡Ay, ay, ay…! ¡Qué puedo hacer ahora… si no sé volver a mi casita!- decía muy asustada la brujita de los libros.
LLorando y llorando se quedó dormida bajo unos floripóndios, estos le echaron sus toxicos efluvios y la pobre bruja tuvo una tremenda pesadilla, Los animalillos del bosque, animados por la malvada zorra colorá la increpaban diciendole, \" bruja mala, bruja mala,\" te has perdido porque nadie quiere volverte a ver, .........NUNCA. NUNCA, NUNCA, (jajajaja) reia la zorra con su ronca voz acazallada.
La bruja se puso a llorar tan fuerte que sus propios lloros la despertaron.
Entonces de debajo de una margarita muy gorda apareció el gnomo de las letras, todo vestido de negro y que tenía la forma de una erre mayúscula.
-- ¿Qué te pasa querida brujita de los libros? ¿Por qué lloras?
-- Es que me he perdido…- decía la brujita entre hipido e hipido - … y no sé volver a mi casa donde me esperan todos mis libros.
-- No te preocuuuupes… - le dijo el gnomo de las letras –yo voy a ayudarte a encontrar el camino. Toma este libro mágico y él te ayudará a volver a tu casa – y diciendo esto, desapareció otra vez por debajo de la gorda margarita.
La brujita de los libros, se quedó muy extrañada mirando el libro por un lado y por otro, secó sus lágrimas con una hoja muy grande de hiedra y comenzó a caminar con el libro en la mano. Pero como le gustaba tanto leer, no pudo resistir la tentación de abrir el libro y entonces, en cuanto lo abrió, vio como salía la primera página y se posaba en el suelo. Cuando la fue a coger, la página volvió a colocarse en su sitio mostrándole la imagen del camino por donde debia seguir, así giró la primera pagina y dejó salir a la segunda que también se posó en el suelo y así, página tras página fueron mostrandole el camino.
Cuando la última salió del libro mágico se quedó quieta en el suelo y la brujita, vio entonces, que estaba frente a su casa hecha de libros y se pudo muy muy contenta. Naturalmente, le dio las gracias al gnomo de las letras que había sido tan bueno con ella y en aquel momento, desparecieron ¡toooodas sus arrugas! Su cabello se tornó rubio como el oro y le salieron dos hermosas alas que eran un hermoso libro abierto jamás visto por ella.
La brujita de los libros, se había convertido de pronto, en el hada de los libros y así pudo reunirse en el bosque con todos aquellos personajes minúsculos que nadie ve y que cuidan de todos los libros.
A la brujita, la nombraron el hada de los cuentos que más gustan a los niños, vivió muy feliz en su casita hecha de libros… ¡ah… Y nunca más volvió a perderse en el bosque porque el libro mágico, siempre le mostraba el camino!
Y colorín coloraaaado, Almuñécar y su gente