María Isabel Abril

SÚPLICA

Amor, no te marches,

no me abandones en el lodo del olvido.

No me arrincones,

no me mates con la indiferencia.

¡Por favor amor mío!

No permitas que suelte tu mano;

no cometas un crimen ruin;

no te conviertas en el caballero cobarde,

en el cobarde de mis pesadillas.

No te alejes de mis besos,

de mis abrazos cálidos,

de mi pasión por ti.

No me conviertas en el fantasma de tu memoria.

Amor, nunca me abandones,

no me botes en el cuarto del silencio,

el cuarto oscuro, del olvido.

Recuerda mis besos, mis caricias;

recuerda lo feliz que eras en mis brazos,

recuérdalo… Y no me abandones,

no te transformes en mi desesperación, mi soledad…