Gemidos de placer en tu cuarto a media luz,
Se perdían en los pasillos cada noche al llegar las diez:
Y el extraños ric ric de tu cama denunciaba
Que del amor gustábamos hasta el amanecer.
Ruborizados la media noche veíamos pasar
Pero nosotros seguíamos enredados entre besos y caricias
Destrozando a mordiscos al pudor y a todo aquello que está prohibido
Pero amarrados al deseo de nuestra piel.
Y en ese afán, una mañana mi verdad me encontró dormido
Sobre el recuerdo de un dulce sueño que tuve contigo
Abrazado al vacio que dejo tu olvido
Y en mis labios el sabor de un beso reciente que quemaba mi garganta.
Hoy cierro los ojos y aun me parece saborear
Entre mis dientes el pezón rosado de tus senos
Y fantasía con tu cuerpo desnudo mi erotismo,
Como en aquellas noches cuando disfrutaba de la fuerza de tus piernas al amar.
Viviré condenado a soñar contigo aunque este despierto
Y acompañar con llanto mi alegría,
Buscando en el tiempo que paso a tu sonrisa
Y ese brillo de tus ojos que para vivir me hace falta.