Bastó un parpadeo,
Y el semáforo cambio de color, de verde a rojo, sin pasar por el ámbar.
Y La distancia de mi cuarto al trabajo sedujo el tiempo,
Olvidándolo también en el desierto…
Yo Sentado allí, solo yo… con mi cuerpo,
Y el mundo y su energía… se convirtieron en uno solo...
Sabes, La ventana no se dejaba ver, para nada,
Solo dibujaba manchas de colores en su exterior.
La gente iba y venía, dejando su equivalencia.
Unos ocupados en el auricular.
Otros, negando que ya sea de día.
Otros, estáticos con la mente en vuelo.
Al llegar a mi destino, estoy dispuesto a jugar en el lodo.
A que la lluvia moje mi cara.
A que el frío, sea mi abrigó.
A respirar, un nuevo aire.
A morir, viviendo lentamente.
A dibujar, en la vereda una fecha.
Tu Poesía…
Tu nombre…
14 DE ABRIL